jueves, enero 25, 2007

por cada luz una soledad. todavía tengo arena en los zapatos

Lo que quedaba de las crónicas marplatenses. Viendo los increíbles informes de los noticieros sobre la vida costera, me alegro de haberme quedado sólo unos pocos días y de que haya sido en la primera quincena. Hoy debe ser insoportable. Mi tocayo JM, apólogo del grunge, que en estos momentos graba con Superfluo Fanático de la Novela –no hubieran podido pensar un nombre más representativo- , prometió, sin embargo, recibirnos una vez más, quizás en febrero. ¿Seguirá Mar Del Plata tan triste? ¿O seremos siempre nosotros los que no se acomodan en ningún lugar? Será tiempo, en todo caso, de completar la empresa etnográfica: una hipótesis que había sido esbozada por una fuente protegida fue confirmada –no deseamos arruinar los negocios familiares-: el surfer es una mezcla química y calculada entre rugbier y rasta: es un consagrado fumador de porro y oyente de reagge, pero ha dejado atrás el misticismo rastamán, y la fumadera no está mediada por ninguna ritualidad más que el hedónico culto al relax y la contemplación de culos playeros. Por otra parte, toma el músculo brioso del rugbier, y toda su caricaturesca agresividad masculina –aunque, es cierto, no conservan la carga de homoerotismo que los grupos de rugbiers saben cuidar, secretamente, como a un tesoro-. Y no sólo eso, también tienen en común el gusto por la vestimenta Legacy, y cierto aire de ABC1 poco disimulado. Queda para futuros estudios la relación que mantienen con otro personaje emparentado: el skater. Las tribus urbanas no dejan de extrañarme. Eso queda para otro momento.

2 Comments:

Blogger Chica de humo said...

la fuente protegida está trabajando arudamente en definir la tribu restante

12:04 p. m.  
Blogger Juan M. said...

es claramento digno de "telenoche investiga"

1:44 p. m.  

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