lunes, enero 08, 2007

crónicas marplatenses I. de nada sirve escaparse de uno mismo.

La felíz cumplió sus promesas. Llegamos a la noche y la lluvia pintaba la tristeza que un paisaje así se merece. Como un cuadro de Santoro, como el sueño trunco de un peronismo, Mar Del Plata recibe visitantes detenida en el tiempo y les muestra el reflejo de lo que quieran ver. Y también llegamos nosotros: Tristeza nao tem fim, felicidade sim. Inclasificable: demasiado metrópolis para mi idea de costa, y demasiado costera para mi idea de ciudad: las distancias que separan los puntos de encuentro no hacen más que acentuar esa sensación de de-te-ni-miento. Colectivos. Espera. Mar de fondo. Como los chicos de Last picture show. Como lo que no termina de morir. Como cualquier canción de amor.