viernes, febrero 16, 2007

ya vendrás, tiempos mejores

Tiempo de sequía, a pesar del día lluvioso. Me está costando mucho sentarme a escribir las pocas líneas que debería para mantener esto con vida. El estudio consume la mayoría de mis energías intelectuales, las otras, que quedan libres, son las que se encargan de iluminar mis errores y denunciar mis defectos. Mitad como chantada y mitad como forma de obligarme a cumplir esta promesa, declaro postearé en estos días una masticada queja del periodismo actual, y otra queja sobre el abuso y mal uso de la palabra facismo –un poco emparentada con la queja anterior-. Como se ve, cuando no hay ideas lo que queda es quejarse, aunque sea nomás porque no hay ideas.

sábado, febrero 10, 2007













Paris, le 6 brumaire an IV. 7 heures du matin.

Me despierto lleno de vos. Tu retrato y el recuerdo de la embriagante noche de ayer no le dan descanso a mis sentidos. Dulce e incomparable Josefina, que extraño efecto provocas en mi corazón. ¿Estás enojada? ¿Estás triste? ¿Estás inquieta? Mi alma está rota de dolor, y no tiene descanso por tu amor... Pero ¿podría descansar, entonces, cuando me domina un sentimiento profundo, dibujo sobre tus labios, sobre tu corazón, una llama que me quema? ¡Ay, Esta noche me enseñó bien que tu retrato no sos vos! Partís a mediodía, en tres horas te veré. Hasta entonces, mio dolce amor, recibe mil besos; pero no me des ninguno, porque me hacen arder la sangre.

Napoleón Bonaparte

jueves, febrero 08, 2007

cartas de viaje

Tengo la pluma seca. Hace días que no escribo. Lo último que hice fue postear aquella de foto de Clint, como –torpe- homenaje. Dice un adagio que una imagen vale más que mil palabras, y es una mentira evidente. Acá, en mi retiro, todo sucede despacio. De nuevo esa sensación de detenimiento. Casi podría pensar que no transcurren tiempo y espacio. Y sin embargo, diría Galileo, todo se mueve. Tal vez una imagen pueda valer más que mil palabras. En todo caso, algunas son capaces de inspirarlas. Quizás a modo de secreta invocación, aquí va una sugestiva:



miércoles, enero 31, 2007

lunes, enero 29, 2007

Red, gold and green

Desert loving in your eyes all the way
If I listen to your lies would you say
Im a man without conviction
Im a man who doesnt know
How to sell a contradiction
You come and go
You come and go

Karma karma karma karma karma chameleon
You come and go
You come and go
Loving would be easy if your colors were like my dream
Red, gold and green
Red, gold and green

Didnt hear your wicked words every day
And you used to be so sweet I heard you say
That my love was an addiction
When we cling our love is strong
When you go youre gone forever
You string along
You string along

No consigo descubrir del todo las razones íntimas que hicieron que mis últimos postes estuvieran tan concentrados en la música. Lo atribuyo a un estado de ánimo, a cierta sensibilidad. Siempre pensé, sin embargo, que escribir sobre música era demasiado complicado. Pensé, por lo menos, que nunca podría escribir bien sobre música –no es que escriba bien otras cosas, pero me resulta particularmente incómodo-. Supongo que el carácter abstracto de la música como arte, obliga a realizar ejercicios de adjetivación desmesurada, más bien forzados, parecidos a los que están de moda con los vinos, y para los que no tengo el talento poético necesario -para adjetivar; para el vino sí tengo talento-. La otra posibilidad es quizás utilizar un músico, disco o canción como un elemento cultural, analizable en su relación histórica o emotiva con una época o una persona. Tampoco voy a hacer eso. Es conocida la relación que la música tiene con la matemática y el prestigio particular que tenía entre los griegos debido esta naturaleza. Recuerdo vagamente alguna relación astral, que no sería difícil, para cualquier astrólogo de medio pelo, vendernos. El caso es que, y perdonen el desvarío introductorio, me pasaron una página maravillosa que me dijo la canción que estaba primera en los charts de E.E.U.U. el día de mi nacimiento: karma chameleon. No sé qué les tocará a ustedes, pero yo estoy más que conforme con la canción que designaron mis estrellas y estoy, con todo mi escepticismo, dispuesto a considerar que dice algo de mi, de alguna manera, en algún sentido, algún día. Les pongo acá abajo el clip, con el simpatiquísimo Boy George, y su hipnótica asexualidad. Subo, en cambio, al radioblog, la fantástica versión de Kevin Johansen, para quién proponemos el título de “el Beck Argentino”.

jueves, enero 25, 2007

por cada luz una soledad. todavía tengo arena en los zapatos

Lo que quedaba de las crónicas marplatenses. Viendo los increíbles informes de los noticieros sobre la vida costera, me alegro de haberme quedado sólo unos pocos días y de que haya sido en la primera quincena. Hoy debe ser insoportable. Mi tocayo JM, apólogo del grunge, que en estos momentos graba con Superfluo Fanático de la Novela –no hubieran podido pensar un nombre más representativo- , prometió, sin embargo, recibirnos una vez más, quizás en febrero. ¿Seguirá Mar Del Plata tan triste? ¿O seremos siempre nosotros los que no se acomodan en ningún lugar? Será tiempo, en todo caso, de completar la empresa etnográfica: una hipótesis que había sido esbozada por una fuente protegida fue confirmada –no deseamos arruinar los negocios familiares-: el surfer es una mezcla química y calculada entre rugbier y rasta: es un consagrado fumador de porro y oyente de reagge, pero ha dejado atrás el misticismo rastamán, y la fumadera no está mediada por ninguna ritualidad más que el hedónico culto al relax y la contemplación de culos playeros. Por otra parte, toma el músculo brioso del rugbier, y toda su caricaturesca agresividad masculina –aunque, es cierto, no conservan la carga de homoerotismo que los grupos de rugbiers saben cuidar, secretamente, como a un tesoro-. Y no sólo eso, también tienen en común el gusto por la vestimenta Legacy, y cierto aire de ABC1 poco disimulado. Queda para futuros estudios la relación que mantienen con otro personaje emparentado: el skater. Las tribus urbanas no dejan de extrañarme. Eso queda para otro momento.

martes, enero 23, 2007

“Siempre debemos admirarnos de las cosas permanentes, no de las excepciones. Deberíamos sorprendernos del sol, no de un eclipse. Deberíamos maravillarnos menos ante un terremoto y maravillarnos más ante la tierra misma. Según este mismo principio filosófico, puedo decir, con la más sólida sinceridad, que no me maravilla tanto la impaciencia de la anciana al derribar el casco del agente de policía, como me maravilla la paciencia de todos nosotros en dejárselo puesto.”
C.K.Chesterton

domingo, enero 21, 2007

pesimismo voyeur

La televisión de estos días de verano, me deja pocas chances de escapar a la perversidad voyeurista de la que escribía poco tiempo atrás. Gran Hermano es más que una fantasía Orwelliana. En alguna medida creo que puede ser leído como un Aleph cultural. Incluso en su falacia de representación total, de “mostrar todo”.

Algo hay en el voyeurismo... algo que no se resuelve porque reposa sobre la condición de pasividad. Pasividad que el cine clásico aprovechó haciendo del cine una gigantesca maquinaria identificatoria. Como La ventana indiscreta, Niños del hombre, estructura la narración a partir de esa asimilación entre espectador y protagonista, entre el adentro y el afuera del relato. El registro documental que usa Cuarón, le da una vuelta de tuerca más y obliga a ponerse en el lugar de testigos de un occidente en decadencia que está bien lejos del cine fantástico.

Example

Theo, el protagonista/pasivo/espectador en cuestión, es, como yo dije de mi mismo hace unos días, un pesimista –claro que con todo el componente “pose” que serlo (o decir serlo) puede significar-. En su análisis de la película, Zizek repite -ya es casi un mantra- sus criticas a la cubierta ideológica de una posmodernidad para burgueses, dedicados al hedonismo y al confort en los tiempos postideológicos -¿o no es acaso la película una puesta en escena del fin de la historia?-. Lo cierto es que la pregunta que la humanidad se plantea en la película es: cómo vivir sin futuro. Theo ha resignado sus ideales y se ha convertido en un escéptico y un pesimista, aunque no oculta su disconformidad. Lo notable es que, empujado por los acontecimientos, no deja de involucrarse -un poco a desgano-. Ha abandonado su militancia, pero no parece haber abjurado de sus principios. No: pesimista y todo, con cara de “qué hago acá”, continúa adelante. ¿Cómo es posible si no hay futuro? Una respuesta Batailleana sería eliminando la misma idea de futuro. El pesimismo puede y debe contener un elogio del acontecimiento. En él estaba, también, la clave de la infinita espera mesiánica de Benjamin. Escribe el francés: “la libertad no es otra cosa que disponer plenamente del instante presente (¿soy libre si tengo algo qué hacer?) Soy libre viviendo actualmente, para un ahora y no para más tarde.”

Esta idea, curiosamente de moda, admite ambigüedades que sería prudente mantener en el plano de la potencia: Si tiene un espíritu contestatario -por la manera en la que desdeña el ethos económico y utilitario-, puede también ser reaccionaria y conservadora –en su individualismo intransigente-. No creo que tenga uso político.Y, sin embargo, no deja de abrir el campo del pesimismo, un terreno complejo y rico, en donde quizás -sólo quizás- esperan algunas posibles opciones.

rojo shock

De nuevo Perfil, parezco un operador del gobierno. Pero ESTO, no lo puedo dejar pasar. Muchas de mis charlas se orientaron últimamente al terreno de la psicología. Muchos amigos y conocidos me contaron experiencias y hubo discusiones de distintas profundidades sobre corrientes y afinidades intelectuales. Más allá de los dogmatismos, el oportunismo de los gualeguaychenses –o como corno sea que se gentilicia- para mezclar todo, pendula entre lo patético y una creatividad admirable. Ir a un psicólogo que dice que “Se ve un exceso en el uso del color rojo que es un color de shock” debe ser toda una experiencia, y creer que “se puede concluir que los chicos de esa localidad entrerriana son de los más afectados por el conflicto”, es el remate perfecto para este párrafo.

lunes, enero 15, 2007

jueves, enero 11, 2007

There’s certainly a devil and he knows my name






















ya sé daniel... ya sé. te juro que lo sé... ahora: en guardia.
aquellos de ustedes que todavía tienen corazón, están invitados a conmoverse con Silly Love que acabo de agregar al radioblog. extrañamos el rock en nirvana, pero daniel nos mueve el piso jodido. eso ya no es música...

miércoles, enero 10, 2007

Somos tendencia. En P/12 no dejan de imitarnos. No saben lo que hacen...

martes, enero 09, 2007

grunge

Qué difícil que es tenerse paciencia. Más cosas quedan de mi breve viaje costero: el grunge. JM resolvió convertirse entero al culto de esa poética adolescente. Tiene sus razones; ya hablamos alguna vez de la muerte del rock. Bueno, hemos convenido que esa muerte tiene fecha: el día en que Cobain se pegó un tiro. Ese día el tiempo del rock se detuvo y nada vino a cambiarlo. Que yo sepa no hay rock desde entonces. Mi anfitrión curtió los tres días camperita grunge, sospecho que con el único objeto de espantar surfers. Se te notó el albañil quizás sea el tema del verano.

lunes, enero 08, 2007

crónicas marplatenses I. de nada sirve escaparse de uno mismo.

La felíz cumplió sus promesas. Llegamos a la noche y la lluvia pintaba la tristeza que un paisaje así se merece. Como un cuadro de Santoro, como el sueño trunco de un peronismo, Mar Del Plata recibe visitantes detenida en el tiempo y les muestra el reflejo de lo que quieran ver. Y también llegamos nosotros: Tristeza nao tem fim, felicidade sim. Inclasificable: demasiado metrópolis para mi idea de costa, y demasiado costera para mi idea de ciudad: las distancias que separan los puntos de encuentro no hacen más que acentuar esa sensación de de-te-ni-miento. Colectivos. Espera. Mar de fondo. Como los chicos de Last picture show. Como lo que no termina de morir. Como cualquier canción de amor.

jueves, enero 04, 2007

en alpargatas, en alpargatas

Me voy, ciudad de mis desdichas.
Me voy a la felíz,
que es el lugar más triste del país,
y donde tiene que ir la gente triste,
y la gente gris .
Te dejo mi sonrisa y un mechón de pelo,
vuelvo el lunes a la mañana:
preparame un café con leche
y tres medialunas.

nunca pensé encontrarme con el diablo















hi, how are you

martes, enero 02, 2007

pesimistas

Sigo leyendo blogs de historia y me encuentro con un post sobre el pesimismo político y una cita de Guizot: "Los pesimistas no son sino espectadores. Son los optimistas los que transforman el mundo". Este problema me acecha hace tiempo: el pesimismo como obstáculo para cualquier acción transformadora, para la política. Si me preocupa es porque, está claro, soy un pesimista. Siempre me sentí más cercano a la idea Benjaminiana que decía algo así como que el pensamiento es una forma de organizar el pesimismo; y, sin embargo, es cierto que la posición principista que los escépticos asumimos en general, pude fácilmente devenir conservadora. Una posible salida: la apuesta pascaliana. Vi en una película de Rohmer –Mi noche con Maud si no me equivoco- a un comunista que proponía la aplicación de la apuesta –en la que los beneficios de creer en Dios eran infinitamente mayores que los del descreimiento- a la utopía revolucionaria.