domingo, noviembre 19, 2006

how do i feel

Those who came before me
Lived through their vocations
From the past until completion
They'll turn away no more
And I still find it so hard
To say what I need to say
But I'm quite sure that you'll tell me
Just how I should feel today

Tell me, how do I feel
Tell me now, How do I feel



Estoy volviendo...

En los últimos meses estuve leyendo y pensando con cierta circularidad sobre algunos temas. Si empiezo a escribir más seguido es probable que vuelva sobre ellos con alguna intención de profundizar.

1. Me compré el último número de la revista “Lucha Armada en la Argentina”. La verdad es que no tenía demasiadas expectativas pero me gustó. La compré en principio porque me llamó la atención una nota sobre Roberto Quieto, uno de los fundadores de Montoneros que desapareció en medio de episodios muy extraños y sobre los que se corrieron varias versiones. En fin: no me develó el misterio, pero un poco aprendí. La revista tiene un tono curioso. Toma una distancia más o menos evidente con el foquismo y la lucha armada, intentando igualmente una reivindicación de la militancia. Entre ambigüedades se confunden un poco los discursos de los autores con los de aquellos que son objeto de discusión –que por otra parte son muchas veces los autores-, lo que le da cierto cariz delirante y anacrónico. De todas formas, me parece que es esto mismo lo que la hace interesante, sobre todo desde un afán “documental”.

2. Después de mucha reflexión, llegué a la conclusión de que el Rock murió. Así como suena: “el Rock ha muerto” y parezco una suerte de profeta nieztchepappeano. Más allá de lo cliché que pueda sonar –sé que no es nada genial esto que digo-, estoy casi seguro de que el nivel de institucionalización del Rock -vía MTV y derivados-, acabó por derrumbar el sentido que en algún momento portaba como elemento contestatario. Si alguna vez fue un factor clave en la definición de identidades, rupturas generacionales y espacios culturales, hoy srólo representa aquello a la manera de una fasa –en el sentido Brumariano-. Repito algo: no es una novedad, pero de vez en cuando me impresiona pensarlo. También es triste.