te voy a contar algo que sí sé: tu película es una mierda

Siento sincera lástima por cualquiera que haya pagado su entrada para ver Y tú, ¿qué @#!* sabes?” (What The #$!*" Do We Know?), película que estrenaron acá el jueves y que yo vi el fin de semana. Por supuesto que me la bajé, y sólo para confirmar mis prejuicios. Ya me había advertido JN del espanto que era la película, pero la bola que armó me dio curiosidad, y quise averiguar de qué se trataba. Lo primero que voy a decir es que la película es una mierda en la mayoría de los aspectos en los que se la pueda pensar: a) como documental es una mierda; b) las animaciones son de lo peor que vi en mi vida; c) la ficción adentro es tan mala que ni si quiera me gusta usar la letra “c” para categorizarla; d) el “contenido” del film, el mensaje, sus fundamentos “científicos”, son una chotada. e) como chiste podría funcionar pero sería demasiado largo y hermético –un chiste “sólo para entendidos”, como aquel de “¿Tenés jabón? No, radio” que tantas veces oímos. En este caso, los creadores, filman este documental, lo pasan, y se quedan mirando al público a ver que dicen.-.

La película es tan vaga que no me dan ganas ni de pensar argumentos más allá de este grupo de descalificaciones que amontono. El punto “d” es el único sobre el que vale la pena ensañarse un poco más. La película consiste en una serie de entrevistas a un grupo de “científicos” y “filósofos”de distintos tipos que insisten en afirmar que Matrix no es una película de tiros de los hermanos Wachosky. Entonces, entre palabrerías sobre física cuántica, descubrimos que: “nada de lo que sabemos es cierto”. La realidad no es la realidad real sino el producto de nuestra imaginación. OOOOOHHHHHHHH... ¿MILENARISMO? ¿SUICIDIO EN MASA? No, berretadas New Age que mastican aforismos sobre el sentido de la vida para vomitarlos en una pantalla. Una señora toda operada nos dice que todos somos sabios y que el amor es lo más lindo y cosas así. Una cagada. Yo propongo el siguiente experimento, dándole a estos fantásticos deconstruccionistas de la ciencia la posibilidad de dejarnos absortos:

Mandámoslos a todos ellos a una isla de caníbales y les proponemos que deconstruyan con el arma de su percepción los dientes de los fieros nativos. Si mientras se los comen gritan es porque, más allá de lo que digan, HAY una realidad que se impone y que está por fuera del individuo. Si los nativos desaparecen, o nosotros mismos viajamos en el tiempo, o el universo implosiona: reconocemos nuestro error y estrechez mental. La regla implícita es: el que entroniza la subjetividad, cuando se lo comen objetivamente, se la tiene que bancar.